La relación que tienes con tu pequeño en sus primeros años de vida influye en todas las áreas de su desarrollo. Por esta razón, la maternidad y paternidad responsable es un tema del que se habla mucho en el ámbito de la psicología y pediatría, y hasta podría decirse que, actualmente, hay un cambio social detrás.
La responsabilidad paterna y materna toma en cuenta muchas necesidades a lo largo del crecimiento de los niños que van más allá del sustento económico.
El concepto promueve la idea de que mamá y papá, por igual, deben involucrarse en la crianza y actividades diarias de sus hijos.
Esta postura apunta a reformular la idea de que los hombres deben ocupar un rol proveedor en la familia.
En relación con esto, distintas investigaciones han demostrado que una participación activa de los padres en la crianza contribuye a un mejor desarrollo infantil, sobre todo a la hora de transmitir valores como la responsabilidad y la igualdad.
Como todo lo que hacemos, la paternidad y maternidad responsable tiene efectos sobre el desarrollo del infante.
Entre los 0 y 18 meses, los niños necesitan construir relaciones positivas con ambos padres para ganar confianza y aprender a interactuar sanamente con el mundo.
Esta relación es lo que permite a los pequeños explorar su entorno, saber si el mundo es seguro, si son amados, qué pasa cuando lloran o necesitan algo, entre otras cosas.
Cuando practicas la responsabilidad paterna y materna, ayudas a tu niño a sentirse aceptado y a confiar en sí mismo.
Las interacciones que tienes con tu hijo también van a influir en cómo expresa sus opiniones y sentimientos, y la dinámica de juego con otros niños.
Por otro lado, el juego y las relaciones con los padres son importantes para el desarrollo social, emocional, el lenguaje y las habilidades motoras.
La maternidad y paternidad responsable tiene muchos beneficios, pero es difícil citar una desventaja.
En realidad, los problemas llegan cuando se confunde el hecho de ser una mamá o papá responsable con la sobre protección.
Comenzar a intervenir en el desarrollo de tu hijo solo limitará su autonomía, convirtiéndole en un niño incapaz de hacer cosas por su cuenta.
Los infantes (etapa de 0 a 2 años) necesitan de atención permanente, pero también es importante que le permitas a tu hijo liderar el juego en un entorno seguro.
Sin duda, el trabajo de divulgación científica y los cambios sociales, que han abierto puertas para que las mujeres se desempeñen en un sinfín de áreas fuera del hogar, ha influido en que cada vez más padres quieran ser parte de tareas de crianza.
Gracias a ello, hoy es más frecuente que los hombres practiquen la paternidad responsable a la par de las madres, pero eso no quiere decir que todas las dudas hayan desaparecido.
Ahora que sabes qué es paternidad y maternidad responsable, te estarás preguntando cómo practicarla, qué hacer y qué no.
La respuesta es: enfócate en pasar tiempo de calidad con tu hijo.
Crea un ambiente de confianza y respeto donde puedan darse las interacciones cálidas y amorosas.
Sé una persona receptiva y muestra aceptación, pero trata de no darle instrucciones a tu pequeño todo el tiempo.
Si te preocupa caer en la sobre protección, solo recuerda que parte del proceso es darle la oportunidad a tu hijo para que tome la iniciativa y comience a aprender que tiene un lugar en el mundo, aunque sus opiniones sean distintas a las tuyas.
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