Los problemas de visión en los niños se han vuelto más comunes a raíz de la digitalización de las actividades escolares y la socialización a través de las pantallas.
Por fortuna, casi todos los tipos de problemas de visión pueden solucionarse. En este sentido, la organización Salud Digna ha encontrado que el 63% de los problemas visuales de los niños podrían corregirse con el uso de lentes graduados.
Para aliviar los problemas en la visión, sus síntomas y consecuencias, lo recomendable es visitar al optometrista al menos una vez al año, educar a los niños en el uso moderado de dispositivos, así como proponer actividades de juego y convivencia que no involucren los medios digitales.
Es resultado de la exposición excesiva a los dispositivos electrónicos. Aunque el efecto es pasajero, conviene limitar el tiempo que los niños permanecen frente a las pantallas, disminuir el brillo de las mismas, mejorar el contraste y respetar la regla del 20-20-20, que consiste en retirar la vista de la pantalla cada 20 minutos y situarla en un objeto a 20 pies durante 20 segundos. Esto permite que los músculos se relajen y disminuye el cansancio visual.
Es una condición en la que se puede ver de cerca, pero no de lejos. La relación entre este padecimiento y el uso de dispositivos electrónicos no podría ser más directa. Y es que, al quedar limitado el uso de la visión periférica mientras se utiliza una computadora, tablet o smartphone, además de producirse un gran esfuerzo para enfocar la vista, también se da un deterioro progresivo de la capacidad para percibir los objetos alrededor y a la distancia.
Es lo contrario de la miopía. En este caso, el niño puede ver bien de lejos, pero no de cerca. Esta condición puede identificarse por el hecho de que los objetos cercanos se ven borrosos.
Es un trastorno que consiste en la distorsión de los objetos, tanto los cercanos como los que están lejos. Este fenómeno puede estar asociado a la miopía o al astigmatismo.
Se define como la pérdida de visión parcial -pero significativa- de uno de los dos ojos o ambos y no puede ser corregida con lentes. De no atenderse antes de los 7 años el niño podría perder la visión, por lo que su detección oportuna es clave.
Es uno de los problemas de visión en niños que se identifican con mayor facilidad debido a que uno o ambos ojos tienden a desviarse hacia adentro o hacia afuera. Está considerado entre los padecimientos graves de la vista y debe tratarse de inmediato.
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