La hora del baño puede ser un momento muy relajante y entretenido para tu bebé y para ti, donde ambos pueden conectar para fortalecer el vínculo. Pero, ¿ya sabes qué implementos necesitas para bañar a tu recién nacido?
En esta etapa, la piel de los niños es delicada y necesitarás tomar algunas precauciones para evitar posibles reacciones adversas. Encuentra aquí todo lo que necesitas saber al respecto.
Antes que nada, es importante saber cuándo comenzar a bañar al bebé. Algunos pediatras recomiendan retrasar el primer baño un par de días y, en su lugar, ocupar una esponja durante las primeras semanas para limpiar su cabeza, cuerpo y la zona del pañal. La frecuencia del baño en esta etapa puede ser de 1 a 2 veces por semana.
Esta es una manera práctica y sencilla de mantener a tu bebé limpio mientras que el cordón umbilical se cae, lo cual suele ocurrir unos 5 a 15 días después del parto. Una vez que el cordón se ha caído, puedes comenzar a darle baños sumergiendo todo su cuerpo.
Elige un jabón especial para bebé, bien sea líquido o en barra. Evita ocupar el mismo jabón que usas para ti, porque podría ser demasiado abrasivo o contener ingredientes que le causen irritación. Por ejemplo, muchos jabones para adultos contienen propiedades humectantes, pero la piel de los bebés no lo necesita.
En cuanto al champú, también es importante elegir un producto que esté diseñado para bebés. Utilizarlo 1 a 2 veces por semana será suficiente.
Por seguridad, puede que prefieras conseguir una bañera pequeña, con capacidad para almacenar entre 2 a 3 pulgadas de agua. Esto es más que suficiente para el baño del recién nacido.
Puedes ubicarla dentro de la bañera de casa o en la sala, recordando siempre que debe ser un lugar donde no haya riesgo de caídas y la temperatura sea agradable.
El cuerpo de tu bebé se mantiene a una temperatura entre 20 a 30 % más baja que la tuya, por eso es fundamental que el agua a la hora del baño esté tibia. Unos 37 ° C a 38 ° C es un buen rango para que el recién nacido se sienta cómodo.
Si el agua se enfría antes de que tu bebé termine de bañarse, es mejor que lo saques y lo envuelvas en una toalla tibia mientras añades más agua caliente, hasta que la temperatura vuelva a sentirse cálida.
Un truco es conseguir termómetros disfrazados de juguetes que, además de hacer más divertido el baño para los niños, te ayudará a llevar un seguimiento del agua.
La manera más práctica y segura es ocupar una mini bañera, porque así tienes un mayor control de la profundidad del agua y puedes usar tus manos para distribuir mejor el agua y el jabón e incluso masajear a tu bebé, lo cual le traerá muchos beneficios.
Ahora, hay algunos detalles que necesitas conocer sobre cómo bañar a un recién nacido. Este es un resumen de las precauciones más importantes a tener en cuenta:
Por último, recuerda que ante cualquier duda sobre cómo bañar a un recién nacido puedes consultar con tu pediatra, quien te brindará toda la orientación en esta nueva aventura.
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