Luego del nacimiento de tu bebé, pasas por muchos cambios físicos y también en tu estilo de vida. La mastitis es una condición común con la que se pueden encontrar las mujeres en periodo de lactancia.
A veces, descansar 1 o 2 días es suficiente para que los síntomas de mastitis desaparezcan. Sin embargo, en algunos casos puede ser necesario recibir un tratamiento con prescripción médica.
Hoy conocerás más sobre qué es mastitis y las alternativas que tienes disponibles para tratarla desde casa.
Es una infección del tejido mamario que generalmente se debe a las bacterias en tu piel. Cuando tu bebé succiona, los pezones se pueden lastimar o surgen pequeñas aberturas que facilitan el ingreso de las bacterias al conducto mamario.
Esta es la causa más común, aunque hay otras razones. Algunas mujeres producen cantidades abundantes de leche y, cuando no se drena del todo, los conductos de las mamas se obstruyen ocasionando hinchazón y dolor. También puede pasar que tu bebé no esté tomando la suficiente leche.
Por lo general, este tipo de infección aparece durante los primeros 3 meses de vida de tu bebé, pero en algunos casos se puede desarrollar hasta los 2 años.
Las señales son bastante similares a un resfriado o gripe:
La forma en que puedes diferenciar entre la mastitis y un virus estacional es que sentirás molestias y habrá síntomas visibles en la zona de las mamas. El tejido alrededor del área infectada se inflamará, haciendo que los senos se hinchen.
También es posible que haya enrojecimiento, sensibilidad o que sientas la zona afectada caliente.
Aunque puedes sospechar que tienes mastitis tan pronto veas los síntomas físicos, el diagnóstico requiere de un examen físico, por lo que es importante que vayas con tu médico lo más pronto posible. Así descartarás que sea otro problema de salud con síntomas similares.
Si la infección no está muy avanzada y no presentas factores de riesgo, es probable que tu médico te dé recomendaciones sobre cómo tratar la mastitis en casa.
A estas sugerencias puedes añadir las siguientes, que son técnicas de autocuidado para ayudarte en la recuperación:
Otra posibilidad es que el tratamiento incluya antibióticos como dicloxacilina, cefalexina, clindamicina o eritromicina. Estos medicamentos son seguros para tu bebé, por lo que no habrá ningún obstáculo que te impida seguir alimentándolo.
La decisión final del médico dependerá de tu situación particular. En caso de que los antibióticos sean la mejor solución, necesitarás seguir el tratamiento para evitar que la situación se agrave, ya que una mastitis que no se trata correctamente puede ocasionar un absceso de mama.
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