Toda futura mamá reconoce la importancia de documentarse acerca de todo lo que envuelve la vida de su bebé. Por ello, considerando los riesgos, es apropiado saber un poco sobre la eclampsia y preeclampsia, diferencia, síntomas y otros detalles importantes. Aunque el porcentaje de este padecimiento es bajo (solo un 3% al 7% de los embarazos desarrollan la preeclampsia) conviene saber cómo puedes evitar tener esta complicación en tu embarazo.
La preeclampsia forma parte de los trastornos neurohipertensivos propios del embarazo, y consiste en tener la presión arterial alta. Además, es signo de daños en otros órganos. Por ejemplo, los más comunes son el hígado y los riñones. Generalmente, puede comenzar luego de que pases las primeras 20 semanas de gestación, pero el riesgo continúa hasta el final de tu embarazo.
Por otro lado, la eclampsia es el comienzo de convulsiones o coma en una mujer embarazada o que recién ha dado a luz con preeclampsia.
Es importante resaltar que la presión arterial normal se encuentra alrededor de los 120/80mm, por lo que una lectura mayor puede ser signo de una posible preeclampsia.
No obstante, si en tus evaluaciones prenatales has tenido una presión arterial normal, no quiere decir que estás en menor riesgo, ya que no está relacionado con problemas de presión arterial previos al embarazo. De allí la importancia de acudir puntualmente a todas tus citas de control prenatal para detectar a tiempo cualquier complicación. En definitiva, saber qué es la preeclampsia te ayudará a tomar todas las previsiones.
La diferencia entre preeclampsia y eclampsia consiste en el tiempo que pasa entre una y otra condición. La preeclampsia va apareciendo lentamente con continuas altas en la presión arterial, que pasan desapercibidas durante algún tiempo. Luego, de no tomar las medidas preventivas necesarias, avanza a una eclampsia de manera repentina.
Aunque la incidencia de la eclampsia es baja (Solo ocurre en 1/200 pacientes con preeclampsia), una eclampsia no detectada ni atendida puede ser fatal. Así que nunca olvides la importancia de llevar un embarazo controlado, bien atendido por tu médico de confianza.
Aún no se ha establecido la causa única que desencadene una preeclampsia, pero todo parece indicar una anomalía en la placenta y su formación, ocasionando flujo insuficiente de sangre.
Respecto a la sintomatología de esta enfermedad, se incluyen las siguientes:
En caso de presentar estos síntomas, debes consultar o acudir inmediatamente al médico.
Llevar un embarazo a feliz término es una gran dicha para las madres, y en cierta medida dependerá del cuidado que tengas en estos nueve meses de dulce espera. Recuerda siempre asistir a tus citas médicas, disfruta día a día tu embarazo y muy pronto a tu nuevo bebé.
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