¿Alguna vez escuchaste hablar sobre la preeclampsia? También conocida como hipertensión proteinúrica gestacional, esta enfermedad del embarazo puede poner en riesgo tanto la vida de la madre como la del bebé si no se trata a tiempo.
En esta nota encontrarás toda la información que necesitas saber sobre los síntomas de preeclampsia, sus factores de riesgo, el diagnóstico y cómo tratarla.
Esta peligrosa afección que genera gran preocupación en las embarazadas suele manifestarse después de las 20 semanas de embarazo. Está caracterizada por el desarrollo de hipertensión arterial e hinchazón, relacionadas con la pérdida de proteínas a través de la orina y todavía no se conoce una causa específica para esta enfermedad.
Se estima que la preeclampsia afecta a entre un 3 y un 5% de las mujeres embarazadas, causando el “cierre” de los vasos sanguíneos del útero, lo cual evita que la placenta suficiente sangre de la madre y, con ella, el oxígeno y nutrientes necesarios para el desarrollo del bebé. Esto explica que algunos bebés de madres enfermas nazcan con bajo peso o de forma prematura.
Las embarazadas con mayor riesgo de sufrir preeclampsia según los expertos son:
Otros factores de riesgo en la preeclampsia son, antecedentes familiares de preeclampsia, embarazos múltiples (gemelos o mellizos), obesidad, trastornos autoinmunes, hipertensión previa al embarazo, diabetes o problemas renales.
Si tienes alguno de los factores de riesgo antes mencionados, es importante que estés alerta a algunos de los síntomas de preeclampsia más comunes, que puedes revisar a continuación:
Es importante destacar que tu ginecólogo juega un rol fundamental a la hora de interpretar correctamente este cuadro clínico. Por eso, si presentas alguno de estos síntomas, es importante que acudas a él o ella y que le cuentes exactamente lo que estás experimentando.
Es posible que un especialista logre identificar a aquellas mujeres más propensas a desarrollar preeclampsia antes de su aparición. Esto se logra a través de una ecografía Doppler que se realiza generalmente entre la semana 11 y la 14 de embarazo.
Ante la aparición de síntomas, el especialista medirá tu presión arterial y pedirá exámenes de orina y sangre, de modo que pueda comprobar que se está produciendo una pérdida de proteínas a través de la orina.
De esta forma es posible también evaluar el grado de afectación porque en algunas ocasiones la preeclampsia requiere de hospitalización y, en casos más graves, la inducción de parto prematuro.
Aunque se trata de una enfermedad peligrosa, muchas de las madres con preeclampsia dan a luz a bebés sanos gracias a una detección temprana y un buen control de la gestación. Sin embargo, es importante estar bien informada sobre la preeclampsia, síntomas y factores de riesgo, de modo que puedas estar atenta a las señales y puedas reaccionar a tiempo para evitar riesgos mayores.
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